martes, 8 de abril de 2025

Fabbiani's Venezuelan Spirit

Un Fabbiani en Harvard.








Hay vidas pasadas que por su rico testimonio existencial se proyectan raudas al futuro presente sin sospecharlo.

Fabio Fabbiani es un joven venezolano que se ha hecho viral en redes sociales por ser aceptado en la mejor universidad del planeta tierra. 

Fabio entró en Harvard, pero quizás en su novel ilusión este púber no comprende todavía que a través de su singular logro académico, las puertas de Harvard se nos abrieron de par e par un poco a todos los venezolanos que persistimos en encontrar salidas de este complejo laberinto existencial.

Venezuela atraviesa el peor instante de su historia.

 Es muy probable que nisiquiera nuestros aborígenes originarios nunca atravesaran una tragedia nacional como la que hoy vivimos los hijos de Bolívar.

La Guerra de Independencia y la Guerra Federal no dejaron al país en el estado de ruina general en que lo ha sumido el chavismo.

El último capítulo de la guerra híbrida que nos realizan impunemente, es uno de macabra factura psicológica.

 Nuestros enemigos jurados se han propuesto malograr nuestro gentilicio, manchando nuestro prestigio con su roja tinta indeleble.

 El narcoregimen pretende por todo medio posible asesinar nuestra reputación común.

Los venezolanos sufrimos hoy la ejecución en vivo y directo de un innegable genocidio moral transnacional.

Todo, por qué unos crápulas maléficos decidieron vaciar las avernales cárceles que ellos mismos procrearon.

Jaulas insufribles repletas de criminales de altísima peligrosidad enviados expresamente al mundo desarrollado para destruir la imagen de nuestro iniciante, joven y desprotegido exilio patriótico.

Por todo lo anterior Fabio Fabbiani ha tenido inusual resonancia en todas las redes sociales de amplio espectro en estas últimos días.

Su ingreso a 15 prestigiosas universidades norteamericanas se ha convertido en un símbolo inequívoco de éxito para la comunidad Venezolana en particular y latina en general.

La excelencia destacada de este muy joven venezolano de bien, se impuso en redes sociales ante la espectacularidad noticiosa del "Tren de Aragua" y sus hazañas ultra negativas.

Algunos extranjeros descubren de súbito que toda la comunidad Venezolana no es una de total carácter hamponil, otros nos empiezan a observar con pupilas de admiración, respeto y de consideración a todo lo que hemos sobrevivido.

Este hecho particular y personalísimo que motiva a este joven sin saberlo todavía.

Es Fabio un recién salido de la adolescencia quizás no muy consciente todavía de la positiva imagen grupal con que nos ha arropado a todos los venezolanos que existimos fuera de nuestro terruño vital.

Fabio Fabbiani tuvo que salir de su país por toda la grave situación económica, social y política que todos conocemos muy bien. 

Él y otros 9 millones tuvieron que huir de su hogar desplazados por un cartel narcotráficante, terrorista y genocida transnacional.

Sus padres responsablemente tuvieron que llevárselo de su espacio geográfico originario para que pudiera brindarse las oportunidades que una premeditada guerra híbrida le ha negado.

Y quizás en él, en su inusitada gesta emblemática, quiero yo ver un poco, y también ilusionarme veridicamente, de los próximos triunfos futuros de otros muchos venezolanos buenos, decentes y nobles sobre las terribles pifias de otros compatriotas menos agraciados en su ética personal.

Fabio es bisnieto de Luis José Fabbiani Álvarez conocido en nuestro estado Sucre como "El Mocho" Fabbiani.

Personaje popular de antigua solera cumanesa y particular sensibilidad social, cuya actividad destacada.marcó positivamente los años 50 tas y 60 tas del siglo pasado.

"El Mocho" Fabbiani fue un servidor público sin cargo alguno, una individualidad colectiva que dedicó mucho tiempo de su recorrido vital a prestar ayuda desinteresada al prójimo.

Sus relaciones personales con Presidentes de la República y Ministros del ejecutivo nacional en Caracas, fueron usadas exclusivamente para apoyar a cualquier paisano desvalido que tuviera alguna desesperante necesidad urgente.

Hoy recuerdan a Don Luis José cómo un hombre alegre, honrado, sensible y solidario con los requerimientos de sus conciudadanos en algún trance infortunado.

Nunca se lucro este honesto sucrense de ningún amigo poderoso para provecho personal, jamas uso sus influencias para granearse un contrato o para conseguir una prebenda financiera para propio pecunio.

Sino que esté sucrense de inmodificable código moral "molestaba" a sus encumbrados amigos privilegiados solo para solventar la carestía de todo aquel humilde ciudadano que tocare suplicando a su amplio portón espiritual.

Luis José Fabbiani utilizó el humor ingenioso, la sátira oportuna y la chanza ocurrente para aliviarse el paso accidentado por ese corto viaje inverosimil que fue su vida.

En sus prolijas humoradas celebres y celebradas "El Mocho"  jamás disminuyó a nadie, ni tampoco redujo a otro ser humano al escarnio de la humillación vil.

Se reía con el otro y no del otro.

Por múltiples testimonios de gratitud que hemos recopilado sus descendientes, nos atestiguan sobradas evidencias irrefutables de una vida fértil donde sobreabundó el desprendimiento monetario, una existencia plácida dónde floreció la verdadera empatía con el desposeído, y sobre todo se carácterizo este hombre de su tiempo con un constante desvivirse en amistad sincera, dónde sobró el amor genuino a su amado pueblo de Sucre.

Tuvo columnas semanales en la prensa escrita y no dudo este hombre de ley en afinar su chopo de tinta veraz para denunciar injusticias y despropósitos cometidos por los gobernantes de turno.

Él débil fue su causa y el descamisado su misión.

 Don Luis José Fabbiani Álvarez a pesar de su ingenio nato, ni en sus sueños más descabellados siquieran imaginó que a 54 años de su fallecimiento, un bisnieto suyo llegaría a ingresar en la universidad que cuenta con la mayor cantidad de exalumnos: 

Presidentes de Estados Unidos (ocho), 

Multimillonarios vivos (188) ,

 Premios Nobel (162),

 Ganadores del Premio Pulitzer (48),
 
Ganadores de la Medalla Fields (siete), 

Becarios Marshall (252) 

y Becarios Rhodes (369). 

Entre los exalumnos de Harvard también se incluyen:

 Nueve ganadores del Premio Turing ,

 Diez ganadores del Premio Óscar y

 108 medallistas olímpicos ,

 incluyendo 46 ganadores de medallas de oro.

Desde las lejanas Europas congratulo efusivamente a mi tío y primo por este importante logro familiar.

Estoy ahora momentáneamente fuera de mí gran país, pero les declaro que mi país nunca jamás ha abandonado mí vapuleado pecho incandescente.

Intento (cómo todos) mantener viva la "candela interna" de libertad que subsiste inextinguible en mis entrañas, y alimento a diario con leña de esperanza ese fuego sagrado que nutre ávidamente mi alma irredenta.

 Toda mi nación es definitivamente mi familia extendida y lo que a ella le acontezca me concierne, me duele y me importa en demasía.

 Las tribulaciones que afectan a nuestra Venezuela no dejarán nunca de aquejar mi espíritu, ni aún cuando ya no subsista en este tupido plano dimensional que nos asfixia circunstancialmente.

Pero deseo expresar en estás letras inconexas que esta meta individual es orgullosa cumbre genética y heráldica común para quienes compartimos el limpio y noble apellido Fabbiani.

Apellido de añejo origen corso cuya providencial anidación en tierra de gracia se remonta al año de 1805.

Desde ese arcano año estamos contribuyendo sostenidamente los Fabbiani en la historia de nuestro estado Sucre. 

Podemos declarar sin falsa modestia que un bisnieto de Cumaná es hoy acreedor de méritos académicos suficientes para coronar un singular e importante logro internacional.

Esta noticia expansiva (en su felicidad contagiosa) la reseñó ayer de costa a costa el canal estadounidense Univision.

Y la mostró especialmente en su noticiero, por qué está buena nueva es la cima del éxito estudiantil en una frase, y esto debemos reconocerlo los que creemos firmemente que la excelencia personal es indeleble marca de origen venezolano.

Si todo sale bien (y saldrá) este joven tiene un promisor futuro en la política norteamericana.

Y me atrevo a visionar que en el futuro cercano este novel compatriota tendrá mucho que ofrecer en el desarrollo político y económico de su propio país natal, un vez que este se liberé del inefable yugo rojo que momentáneamente le oprime la irrefrenable yugular.

El futuro promete, la sangre nueva se impone y esas promesas nos otorgan la esperanza cierta de que toda esta pesadilla terminará pronto y para bien.

Todo tiene su culmen y todo cumple su ciclo en la ida y vuelta en este caleidoscopio interminable de universos paralelos que mientan vivir.

En Fabio Fabbiani intentó otear con ihntuición zahorí la Venezuela que nos promete (y cumplirá) María Corina Machado. 

Un paraíso terrenal cautivo de negras fuerzas atávicas y telúricas que no tienen otro camino que reventar sus cadenas y rebelarse.

En esa promesa paga, quiso creer el padre unigénito del pueblo.

Quiso, pudo ser y será que un día de estos nos levantamos todos con la ansiada noticia de que Venezuela amaneció libre, despojada de rojas cadenas, celebrante de espiritu, alegre de corazón y definitivamente aliviada de infernales cargas absolutamente inmerecidas.

Fardos inconmensurables que nunca débio soportar nuestro deprimido lomo injustamente latigueado.

Y todo terminará así sin aviso, como pasa de un momento a otro el rugir de la tormenta, como escampó el diluvio universal, lentamente como emerge la centella matutina desde la unánime oscurana que intenta a diario encarcelarla.

Y habrá que apurar equipaje ligero, por que la mar y sus temporales arenas cálidas nos aguarda para acunarnos en su aliviante corriente elisea.

Habrá que acelerar paso de potro fino como quien surca a rienda suelta los indescifrables llanos de Apure en las inclemencias del verano criollo.

Cederá finalmente la neblina espesa que oculta al tepuy onírico de nuestras inexploradas esperanzas increíbles.

Y entonces iremos juntos surcando cielos extraños y atravesando infranqueables masas continentales, tal y como lo hacen esas incansables aves migratorias que no se detienen nunca y no reparan en cansancios hasta el remontar la fijación cardinal del portal paterno.

 Los venezolanos decentes y honorables debemos repatriarnos por cualquier medio posible al maternal destello vital que inicialmente nos alumbró a este mundo.

Debemos iniciar el eterno retorno que culmina en el amanecer mismo de los tiempos.

Tenemos y debemos los patriotas qué bregar nuestra propia liberación nacional.

Por qué de cierto les digo, que Venezuela es nuestro espacio vital único, donde todo nos fue, nos es, y nos será enteramente posible y lograble.

Volver al origen hermanos míos, regresar al núcleo central que nos convoca, como el horizonte natal atrajo de manera irresistible a José Antonio Pérez Bonalde, cuando este bardo inmortal con su particular "retina de Triana", se aproximó emocionado a las brumosas costas vírgenes de su tierra añorada, y la hizo suya infinitamente en un suspiro nostálgico que se proyectó al infinito.



Todo es posible, TODO!






Miguel Méndez Fabbiani.

Director del Centro Internacional de Derechos Humanos Justicia y Libertad.

sábado, 8 de febrero de 2025

MCM 2025!!


*Si dudas de que no llegaremos "hasta el final" léelo completico y decides.*. 

*Confesiones desde la moto.*
*Por María Corina Machado 

El día llegó, estos cinco meses me hicieron sentir como Ana Frank, claro que yo pude tener conexión con el mundo gracias a la tecnología. Todo estaba saliendo según lo planeado, hasta que un imprevisto se hizo realidad

Fueron cinco meses conversando con lo más profundo de mis memorias. Mi mamá, mis hijos, mi papá.  Toda mi vida se resumía en un puñado de fotos que se desvanecían cuando entraba un mensaje de Whatsapp de España de un periodista, de Argentina de una influencer, de Estados Unidos de una cadena de TV.

Dios mío a qué hora pasó todo esto? No he hecho sino pensar. Tantas vidas sobre mis hombros, tantas ilusiones, tantos rosarios cargados de lágrimas y emociones, los abrazo todas las noches. 

Mis recuerdos, la monja de Mérida, la travesía del Apure en curiara, los motorizados de Acarigua. Los niños soñando con el regreso de sus padres que viven más allá del mar.

Dios mío ayúdame a comprender la frustración de la gente que no acaba de ver el mapa completo. También te pido que me des la sabiduría para no sembrar una falsa esperanza.

El ego trata de traicionar mi convicción de libertad. Mi círculo interno trata de filtrar lo que me llega. Son millones de mensajes, la causa se ha vuelto universal y eso me deja espacio para continuar mi misión. 

Lloro mucho, de emoción , de dolor y de frustración también. Pero me levanto, mi vida no se puede ir como una rueda sin destino. Veo con espanto lo que sería de mi patria sin la fuerza que mi mensaje inspiró en muchos. Estoy comprometida. Cada abrazo , cada voto, cada like importa en esta misión.

La falta de sol me ha hecho palidecer , apenas lo noté cuando me vi ayer. No importa, solo le pido a Dios otro día, para todos ver el nuevo despertar de mi montaña amada sin sombra de muerte a su intenso atardecer. Rosada de libertad.

De Petare a la Pastora, quiero ir con todos cantando a Caracas, libres al fin.

Lo de hoy fué épico. Lo del 9E quiero decir si alguien me lee después. Exponerse delante de la gente que lo da todo por Venezuela no tiene precio. 

La calle de nuevo está allí, las banderas y la cara de miedo de todos allá abajo, maquillando sus rostros con sonrisas que sacan del subsuelo del corazón. No tiene precio.

Que fe tienen, cada vez que alguien me cuelga un rosario siento que oigo a la Virgen, madre de Jesús “Eres tú la portadora de la esperanza de este pueblo”

Coño ¡esta misión no se puede perder! me repito permanentemente cuando la duda me asalta.

Me colé en medio de todos, sin chaleco antibalas. Mis asesores me dicen que lo use pero no sería yo. Soy una mujer de blue jean, forrada de franela para que la gente vea como vibra mi ser.

El 9E fue muy corto el momento con la gente. Las redes de internet estaban cortadas, el bloqueo del régimen se imponía al sueño de millones dentro y fuera de la patria.

El enemigo es fuerte y perverso, solo la convicción de la razón nos mueve a seguir.

Súbitamente las alarmas se activaron, era el momento de partir, a pesar de mi miedo, que pensaba dominado, me dieron la señal de la huída planeada.

El ruido no me deja recordar los segundos que pasaron. Fue todo muy rápido cuando estaba montada en la moto ¡Agarrate María Corina, la vaina está caliente!  Dale Beto con toda,  fueron mis palabras con él. Encapuchada, me agarré lo mas fuerte que pude para sentirme segura.

El ruido era impresionante, el calor del asfalto más la adrenalina de la injusta persecución, el motor a toda marcha, las motos del servicio de inteligencia eran más poderosas que la de Beto, en ese momento su habilidad no era argumento suficiente. Me sentí derrotada.

Por un instante recordé tardes felices del ayer, cuando escapaba por esa misma autopista en moto, a Puerto La Cruz a pasar un fin de semana de sol y alegría. 

Casi llegábamos a Petare, allí había un grupo de ciento veinte motorizados listos en la redoma para generar confusión y mezclarnos en medio de ellos, así estaba planeado ese escape. 

Llegando a Boleíta sonaron percusiones, ya los zamuros de las fuerzas opresoras nos habían atrapado: ¡Para Beto! tenemos que salir vivos, la muerte no vale. En ese momento, una bala pasó rozando por mi pierna e hirió a Beto. La sangre empezó a manchar la calzada de nuevo.

Los rosarios funcionaron, nada fue a mayores.

La confusión reinó en ese instante. Ruido de armas, gritos, mucha rabia en el ambiente, un helicóptero zumbaba sobre La Carlota, Beto en el piso sangrando y yo siendo apresada por dos zamuros que miraban con miedo, poco convencidos de su misión, mientras su jefe marcaba con desesperación a su mandante: Capitán, tenemos a Cobra dos con nosotros. 

No podría explicar el terror que viví en esos minutos, ganaron , pensé por un momento. Tendría que esperar el milagro.

Lo imaginé muchas veces, estaba entre las cosas que podían pasar. Una cosa era preverlo y otra vivirlo. Me pasó la película de mi vida por cuarta vez esa tarde. Dios mio esto no puede ser el final, pensaba. Mi infancia, mis amigas , el colegio, la universidad, mis hijos, Súmate, la amistad, la traición, lo mejor y lo peor se repetía como una historia sin fin.

En ese instante  me cuestioné de nuevo por las preguntas de mis hijos. Cada día los llamo y les pido perdón en nombre de una historia que aún no conocen como yo la imagino. Ellos dicen que perdonan mi locura. Se que me entenderán y espero abrazarme de nuevo con ellos cuando la historia aplauda los sacrificios que hemos asumido.

Regreso al secuestro.

Ya con los secuestradores, me montaron en una moto en medio de dos zamuros armados hasta los dientes. Minutos después la motocicleta del jefe se adelantó a la moto que me llevaba secuestrada: Se acaba la misión por órdenes de arriba, gritó. La moto se orilla, el jefe visiblemente disgustado dice: La orden es que grabes un video dando fe de vida y te vayas pal carajo Cobra dos.

Visiblemente enojado por la contraorden, usó su celular y grabó el tristemente célebre video. Fui lo menos expresiva posible para que el mundo entendiera.

Cuándo llegué a mi caleta de nuevo, uno de los motorizados que me acompañaron se percató del dron que nos siguió. Lo que hicimos y adonde fuimos de allí en adelante lo revelaré después.

Al llegar al sitio alterno que estaba planeado, me paré frente al espejo, me miré a los ojos y en ese momento sentí todo el miedo que he debido sentir desde que nací, en un solo instante. Tenía las piernas moradas, el pantalón roto, un ojo golpeado, el hombro falseado, y el alma respirando la arena del suelo. No podía más.

La solidaridad del planeta fue clave, tanto tiempo explicándole al mundo nuestra razón de ser valió la pena. Hubo días donde di más de ocho entrevistas. Los políticos más importantes del hemisferio han sentido nuestro clamor. Los mejores influencers en inglés y en español replicaban en sus redes nuestra misión. Funcionó.

Sin embargo me sentí extraña cuándo me trajeron mi celular y revisé de nuevo las redes sociales.  Muchos mensajes de amor y agradecimiento, gracias por ello. Y otros mensajes de angustia y duda. Cuándo los leo pienso por un momento, que esta lucha no vale la pena, me duelen más que los raspones consecuencia del secuestro.

Cargo en mi conciencia el sueño del país que me dió el amor, los sueños de retorno de millones, más dos mil presos, periodistas detenidos, amigos, compañeros de lucha, el padre de los nietos de Edmundo; todos ellos han creído en mí mensaje, en la libertad , en una Venezuela libre y de misión probada. 

Al borde de la duda, veo mi blue jean roto y recuerdo a los que perdieron su libertad o la vida por esta causa y me repito:  María Corina tienes que seguir echándole bolas, es hasta el final, y esto va más allá de tu propio final.


*¡Viva la libertad!*

Seguimos , vuelvan caras   ¡Dios está con nosotros!